La escudería Red Bull Racing radicó en la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), la apelación contra la decisión de los comisarios del Gran Premio de Australia, al excluir de la carrera a Daniel Ricciardo. El pasado domingo se encontró que el flujo de combustible máximo excedió los 100 Kg/h, en el RB10 del piloto oceánico.
Poco duró la alegría de Daniel Ricciardo tras conseguir el segundo lugar en casa, y además de convertirse en el primer piloto australiano en subir al podium en su propio país.
Tras el reporte del Delegado Técnico, los comisarios se tomaron casi 5 horas tras la carrera para tomar la decisión, luego de revisar las evidencias y escuchar a los involucrados.
El problema recayó en el sensor que mide el flujo de combustible. El jefe de la escudería Red Bull, Christian Horner, calificó este inconveniente con los sensores de la FIA como "poco fiable" y "tecnología inmadura", argumentando que las lecturas propias del equipo, han demostrado que el auto corrió dentro del nuevo límite de flujo para 2014.
Entretanto Charlie Whiting, Director de Carrera de FIA Fórmula 1, declaró al diario The Times: "Les advertimos dos veces tras la clasificación y cinco vueltas en la carrera, tomar los pasos necesarios y así cumplir con las regulaciones. Decidieron utilizar sus propios cálculos para demostrar que cumplieron. Si hubieran seguido las advertencias que se les indicaron en ese momento, no hubieran tenido problemas y no hubieran sido penalizados", concluyó Whiting.
Ahora está en manos de la Corte Internacional de Apelaciones de FIA, definir la fecha en la que Red Bull Racing sustentará los descargos. Es posible que se programe antes del GP de China, a mediados de abril.